UN MUNDO PARALELO

UN MUNDO PARALELO


CAPITULO 1

No se muy bien pero no puedo negar la idea de una realidad diferente, de una más sencilla, una que se puede ver en las películas donde todo es fácil y no muestran nada difícil, como lo explico, una ciudad pequeña, si, llega a ser ciudad porque tiene supermercados, cines, plazas, muchas tiendas en el centro, teatros, parques, zoológico, entre otras cosas, naces en esa ciudad, todos se conocen, si no es cara a cara es por apellidos, por las conversaciones; vas a la escuela, toda tu vida académica es casi con las mismas personas año tras año, toda tu familia vive en la misma ciudad hasta puede ser que en la misma calle.

Tienes amigos que conociste cuando empezabas a estudiar, amigos con los que viviste la adolescencia, viviste muchas cosas imaginables, vas a las fiestas donde llegas  conocer a todos los habitantes que tienen tu edad. Hay líos, hay problemas, pero aún así sabes que es buen lugar para quedarse, sigue pasando el tiempo, la misma casa, los mismos muebles, misma iglesia, mismas actividades para divertirse, mismas personas, y sigues haciendo todas las actividades porque es así como creciste que sería, entonces lo sigues haciendo, día a día, sin ninguna preocupación, sabes que el día siguiente iras a trabajar, tendrás la plática cotidiana con tus compañeros, te esforzaras, haces un buen trabajo, llegas a tu casa, comes y la vida sigue sin ninguna preocupación, ya tienes programado el fin de semana.

Pasa el tiempo, te casas con tu pareja de la preparatoria, tienen hijos, los mandan a las mismas escuelas en donde estuviste, conviven con los hijos de los que fueron tus compañeros, se hacen amigos de los hijos de tus amigos ya que los ven cada fin de semana, puedes pasear, hacer viajes cortos como ir a la playa, a las grandes ciudades, y así será hasta que los niños crecen; tu sigues en tu misma casa, pero no estas en soledad porque tus hijos no viven muy lejos. Envejeces, tienes nietos, el tiempo pasa y al final te preguntas …. si realmente viviste tu vida.

Ahora bien existe una en donde sales, nunca regresas a la casa en donde creciste, a poco te olvidas de quien conociste, no tienes la menor idea de con quien convives, ni formas parte de su pasado, tal ves ni de su presente y muy poco probable vas a estar en su futuro. Lo tienes todo, todo por lo que luchaste pero hay algo que no se completa, en un momento a otro llega el fracaso después del éxito, tus manos están vacías.

Pero pensar en estos alternativos mundos no me sirve en estos momentos,  mejor hablo de mi situación actual para que puedas entenderme, primero necesito escuchar que todo ira bien, que no hay nada que temer pero no hay nadie que lo crea y así voy perdiendo la fe.

Recuerdo la casa en donde crecí, lo tranquilo que fue mi infancia, en donde todavía existían los días largos, vistas verdes hasta perderse en el horizonte, cielos azules y brillantes por el sol; los recuerdo con mucha nostalgia pues hace años que no vuelvo a ver algo parecido, no intento decir que la naturaleza no nos da espectáculos maravillosos, porque todavía lo hace, aunque extraño la sencillez de esos colores.

Antes de hablar de lo que le sucedió al planeta entero debería de presentarme, tal vez si me conocen un poco más lograrían entender el problema en el que estoy viviendo, sin embargo puedo hablar de mí hace un par de años antes.

Mi aspecto era la de un monstruo, negarlo sería una evasión totalmente absurda, pero allí estaba yo enfrente del espejo, viendo a un ser que no parecía ser yo, preguntándome como era que no me había dado cuenta, solo evitaba los espejos para no llegar afrontarlo pero hay un momento en el que sentía que algo no estaba  bien.

Cuando escribo las palabras “monstruo” me refiero a alguien horrible, un reflejo de algo desastroso, sin luz, apático, no que tuviera 4 ojos o algo así, cuando no lo pude evitar sentí que había estado durmiendo durante mucho tiempo.

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