Influencia de los Medios Masivos de Comunicación en Trastornos Alimenticios

Andrea Hurtado


Los medios masivos de comunicación (MMC) buscan lograr efectos directos e indirectos a un grupo denominado masa, en la mayoría de los casos genera normas socioculturales a través de mensajes mediáticos con la ayuda de modelos de conducta. En el presente reporte reflexivo se muestra cómo algunos efectos pueden ser negativos para la salud mental de los individuos, especialmente en trastornos alimenticios, quienes se deben principalmente por la influencia de los MMC.

En el libro de Klapper The effects of mass communication, el efecto de refuerzo menciona que uno de los factores y condiciones es la necesidad y deseo de pertenencia a un grupo; desarrollando y manifestando individualmente opiniones y actitudes que estén de acuerdo a las normas del grupo elegido.

"La actitud es nuestra respuesta emocional y mental a las circunstancias de la vida". (R.Jeffress), en ocasiones se aprenden al igual que los estereotipos durante el crecimiento y acceso al entorno social. una de las funciones socio-comunicativas de los MMC es la función de transmitir modelos de vida y valores "...imponiendo estilos de vida, modas y configuraciones físicas y de conducta." (Orza, 2002:66 )

En la cultura social existe el estereotipo corporal, desencadena un comportamiento en el manejo de nuestro cuerpo debido a la distorcion de la perspectiva e imagen del mismo. “La imagen corporal y la autoestima muestran una relación significativa negativa, lo que indica que a mayor preocupación con la imagen corporal, menor autoestima”. (Moreno, Ortiz)


La construcción de la imagen corporal se desarrolla en la adolescencia, depende de su autoestima y la impresión que quieren proyectar hacia los demás para ser aceptados, sienten una gran presión para cumplir varios aspectos valorados cómo el mito de belleza.

El adolescente en su formación y búsqueda de la personalidad pasa por la imitación para conocerse, el problema surge cuando el sujeto no desarrolla la seguridad y autoestima que necesita para desprenderse de la imitación.

Los MMC se encargan de decir cuál es el cuerpo ideal, creando “la cultura de la delgadez” (Mancilla y cols., 1998), expectativas, una presión social publicitaria y los modelos identificadores que son irreales e inalcanzables (se pueden encontrar en la televisión, revistas, películas, pasarelas, tiendas de ropa, etc).
 
La presión que ejercen los medios de comunicación, los mensajes familiares y culturales en la necesidad de estar delgado como expresión del modelo estético actual, contribuyen a la aparición de signos de conductas y actitudes alimentarias anómalas como la obsesión por la delgadez, la insatisfacción con la propia imagen corporal” (Rivarola, Penna)

Los adolescentes son los más susceptibles y más propensos a no estar conformes con su cuerpo, hay una constante búsqueda de alcanzar lo socialmente correcto para cubrir la necesidad de aceptación.

“Se ha investigado ampliamente su influencia sobre ciertas enfermedades como los trastornos de la conducta alimentaria, entre estos la anorexia, de la cual uno de los síntomas principales es la alteración de la percepción de la forma y del peso corporal.” (Salazar)


Es interesante que el libro de Klapper se publicara en el año 1960, cuándo se inicia el impulso mediático sobre el cuidado del cuerpo humano para su estado físico. Yo creo que inicialmente era por la preocupación de la vida sedentaria y el bienestar saludable de una persona, tiene su auge en la década de los 80s por los altos niveles de la obesidad en la población, así surgió la “moda” de estar sano.

En los 80s se empezaron las dietas, se llenaron los gimnasios y se hicieron más dinámicas para perder peso, si observamos en el contenido mediático de los 50s y 60s todas las personas que aparecían eran delgadas, ¿así era la sociedad?, con la comida rápida el estilo de vida cambio y se buscó una solución.

Los estándares de belleza ya estaban desde mucho antes en que aparecieran en los medios de comunicación, solo que ahora parece que son más difíciles de lograrlos por la exageración y fantasía proyectada, entonces las personas se sienten frustradas por no poder alcanzar ese ideal.

Al tener esa frustración casi siempre buscan el camino fácil para solucionar el problema de su peso, en lugar de comer saludable y hacer ejercicio continuo prefieren tomar pastillas o dietas extremas dañando su cuerpo y en otros casos se guían por seguir actitudes de la anorexia y bulimia.

Los trastornos alimenticios son una enfermedad mental, unas personas lo hacen por despecho, capricho o seguir un montón de reglas para tener un objetivo pero la realidad es que la paciente tiene una imagen distorsionada de su cuerpo, esta persona cuando esta enfrente del espejo no se ve como realmente es.

Hay muchos factores posibles que llevan a alguien enfermarse, por ejemplo, el rechazo social, problemas familiares, baja autoestima, perfeccionismo, y la inevitable influencia de los medios de comunicación en alguno de esos factores. La persona se encuentra constantemente bombardeada con mensajes que le dicen que debe ser delgada para tener éxito y aceptación de uno mismo y social.

Se recolecta la información de los medios pero el mensaje es más fuerte cuando la misma sociedad (qué aprendió los estereotipos y actitudes difundidos sobre el cuerpo) lo manifiesta en su vida diaria, cuando el grupo al que quieres pertenecer no solo esta en la televisión o en las películas sino en el grupo de amigo@s en la escuela, trabajo o en la familia.

Hay mucho debate entre los adolescentes sobre si les preocupa o no el físico, existe una gran variedad de opiniones como debe ser, pero la fuerza de los medios masivos es indiscutible, por ejemplo hay un grupo de jóvenes que afirman que están en contra y absueltos de la perfección física y la presión social, sin embargo se les ve idealizando personas del espectáculo (actores, cantantes, modelos, conductores, artistas) que son delgadas y cumplen con los requisitos de los estándares de belleza.


Los adolescentes y algunos ya adultos no solo hablan u observan a la persona idealizada sino que lo potencializan con las redes sociales, comparten fotografías, videos, dedicatorias, blogs, sin saber que de manera inconsciente están consumiendo y divulgando en gran medida un contenido fabricado.

Lo que llega a ser más perturbador es la creación de portales a favor de los trastornos mentales, es decir, hay una comunidad que fomenta directamente la aplicación y seguimiento de la enfermedad. Para que el paciente no se sienta culpable se une a un grupo que cumplen con sus actitudes y pensamientos, reforzando el problema mental que padece.

En mi opinión, la persona que difunde la enfermedad como algo positivo (porque afirma entender lo que le sucede a las víctimas y ofrece apoyo) ya sufre un problema mental, ya que en lugar de buscar el bienestar social y saludable psicológicamente con uno mismo, lo disfraza de un bienestar para continuar con la enfermedad presentándolo como una normalidad.

Desgraciadamente no se difunde la información suficiente ni correcta, aunque se ha intentado crear conciencia del padecimiento, en la actualidad las personas viven pensando en la forma en que se proyectan visualmente, un ejemplo claro es el de fotografiarse constantemente y buscar la aprobación en likes cuando comparten la foto en redes sociales.

Para el mercado económico es importante que tengas esa inquietud de la apariencia física porque así te puede vender toda una clase de productos para hacer creer que con ellos puedes elevar tu estatus, confianza, autoestima, popularidad, aceptación, metas, etc. Los productos van desde la ropa, cremas, aparatos para ejercicio, vitaminas, bebidas, maquillaje, accesorios, tintes, cirugías plásticas.

La mayoría de las personas buscan verse como alguien más y no como uno mismo, simplemente porque no se aceptan como realmente son. Estas enfermedades (la anorexia y bulimia) son muy serias por la complejidad y dificultad del tratamiento de rehabilitación porque se necesitan cambiar las actitudes ya impuestas en la mentalidad del paciente.

Aún así cuando logran cambiar su mentalidad poco a poco, a veces su cuerpo ya no puede responder benefactoramente por el desarrollo crónico, el organismo continua desechando los alimentos, el paciente no lo soporta ya sea físicamente o emocionalmente y termina con la muerte.

Conclusión

Después de hacer una breve investigación, puedo concluir que los medios de comunicación no son totalmente responsables de los trastornos alimenticios que sufren los individuos, es uno de los muchos factores que envuelven al sujeto.

Se nos presenta el ideal de belleza pero son las personas que lo consumen intencionalmente y lo aplican en su entorno, es decir, están abiertas conscientemente de seguir transmitiendo el mensaje hacía los demás y recibirlo por parte de la presión de la comunidad, dudo que los MMC puedan lograr ese gran comportamiento por si solos.

Consumimos lo que nos gusta, los profesionales de marketing tienen el conocimiento de que la audiencia prefiere cierto tipo de modelos, no los impone, los muestra de manera excesiva para aparatar la atención.

En este caso el producto es visual, no basta con fingir con la personalidad o palabras si el físico no va de acuerdo con el anhelado producto, entonces el sujeto se esfuerza por lograrlo, pero un trastorno mental no surge de la nada, es psicótico, alteración e inestabilidad emocional.

Los MMC transmiten muchos mensajes pero sería imposible cambiar el comportamiento de una persona si ella no se entrega al mensaje, sin embargo al observar a alguien cerca que sigue el patrón de los estereotipos, llega a ser difícil no adquirirlos para adaptarse.

Yo no estoy en contra de los MMC, forman parte de la interacción social pero son más las acciones de las mismas personas quienes provocan una posible distorsión de la realidad, por otro lado creo que los adolescentes se prestan más a creer en las normas sociales para ser aceptados pero la considero una etapa que debe superarse. Para mí, la causa es el entorno familiar y amigos que influyen mayormente. Todo en exceso es malo, el adolescente que se sumerge en la realidad creada por los medios pierde el criterio de diferenciarla.

 

Montt y Chávez: Autoestima y salud mental en los adolescentes, Salud Mental V. 19 No. 3, 1995.

Marín Verónica: Trastornos de la conducta alimentaria en escolares y adolescentes, INTA, Universidad de Chile, Vol. 29, Nº2, 2002.

Madrid, Pombo y Godás: Evaluación de las actitudes alimentarias y la satisfacción corporal en una muestra de adolescentes, Psicothema, Vol. 13, Nº 4, pp. 539-545, 2001.

Perpiña, Baños: Distorsión de la imagen corporal: un estudio en adolescentes, Anales de la psicología, 6 (1), 1-9, 1990

Salazar Z. : Adolescencia e imagen corporal en la época de la delgadez, Reflexiones, Vol. 87, Nº 2, 2008

Rivarola, Penna: Los factores socioculturales y su relación con los trastornos alimentarios e imagen corporal, Revista Intercontinental de la Psicología y Educación, vol. 8, Nº 2, 2006.

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